Los pasteles grasos contienen una mezcla de pigmentos puros
con aceites, grasas y ceras, en lo que se diferencian con los pasteles blandos
que están mezclados con cola. Los dos tienen el mismo origen, las barras de
color a la cera nos recuerdan a las que se emplean para los dibujos escolares,
mientras que las barras al aceite o los pasteles al óleo se emplean
generalmente para trabajos más profesionales.
Los pasteles grasos producen los trazos gruesos y densos,
sus colores son más intensos. También son más duros y la gran cantidad de
aglutinante graso que poseen evita el agrietado de los colores.
Los pasteles grasos se pueden diluir con trementina o aguarrás
para realizar mezclas y combinaciones, se moja un pincel o trapo en la
trementina y cuando ésta se disuelve con la pintura los colores cogen
intensidad y oscuridad. Una vez secas se puede variar la textura con trazos
lineales de pastel graso seco. El dibujo
puede mezclarse con un dedo mojado en agua, la diferencia entre el óleo y el
agua suaviza la superficie del pastel graso.
En la imagen que os muestro del cuadro El Barreño de Degas,
que podéis encontrar en Wikipedia, es un claro ejemplo de la maravilla que se
puede conseguir con unas simples barritas de pastel
.
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